¿USB 2.0 o USB 3.0? Hay diferencias, pese a que algunos dependientes las ignoren

¿USB 2.0 o USB 3.0? Hay diferencias, pese a que algunos dependientes las ignoren

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¿USB 2.0 o USB 3.0? Hay diferencias, pese a que algunos dependientes las ignoren

Hace muy pocos días hemos comprado un televisor en casa. Un acontecimiento en muchos hogares el recibir una nueva "tele", pues durante mucho tiempo se ha considerado a este aparato el centro de la vida en el hogar. El proceso de compra se ha convertido en todo un rito pese a que pasen los años, dado el alto precio de este tipo de aparatos, algo que además nos obliga a realizar una tarea previa de investigación.

¿El motivo? Salvo honrosas circunstancias la atención por parte de los dependientes a la hora de atendernos y explicarnos las características, no va más allá de unos datos, pantalla, resolución y demás, que parecen pre fijados de fábrica por la empresa de turno.

En este caso tuvimos una experiencia en la línea, o sea, decepcionante. Y entre todas las explicaciones que no nos dieron o que llevaron a cabo de forma errónea, una de las que más me sorprendió era la que hacía referencia al uso de conexiones USB 3.0 ante mi inquisidora pregunta.

A diferencia del USB 2.0, el USB 3.0 es diez veces más rápido de forma que si lo usamos para copiar contenido vamos a experimentar una notable reducción del tiempo necesario

La pregunta está clara. ¿Tiene o no tiene USB 3.0? Y la respuesta diáfana... Tiene USB, que es lo mismo. Vas a poder grabar y ver un vídeo desde un disco duro sin diferencia si es 3.0 o 2.0. Puedes estar tranquilo. Y claro, cariacontecido y patidifuso me quedé, tanto es así que tire de móvil y me puse a investigar sobre los posibles modelos en liza para la compra.

Y es que señor dependiente, las diferencias aunque no lo crea, "haberlas haylas", cómo las meigas. Así que vamos a ver donde radican las diferencias y que ventaja tiene uno sobre el otro.

Principales diferencias entre USB 2.0 y USB 3.0

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USB (Universal Serial Bus) es un tipo de interfaz del tipo Plug & Play que no requiere ningún tipo de controlador, ni acción especial para poder hacer uso de la misma. Es un tipo de conexión gracias a la cual podemos usar teclados, ratones, impresoras, cámaras, memorias...

A lo largo de su existencia hemos pasado por versiones de USB a la que se han clasificado por números. USB 1.0, USB 2.0 (una de las más usadas) y la más reciente, USB 3.0 (las últimas versiones, USB 3.1 y USB 3.2 ofrecen sólo ligeras variaciones del USB 3.0).

El USB 2.0 permite la transferencia de datos a unos 480 MB/s, obteniendo una buena velocidad de lectura escritura que sin embargo puede hacer de cuello de botella cuando se trata de gran cantidad de datos. Imaginemos un vídeo de 15 GB a esos 480 MB/s. En su lugar el USB 3.0 ofrece hasta 4.8 Gigabits, es decir es 10 veces más rápido que el USB 2.0 por lo que el mismo archivo tardaría apenas unos 10 o 15 segundos en copiarse en lugar del minuto en USB 2.0. El USB 2.0 puede generar por lo tanto problemas con transferencias de datos en alta definición y aquí es donde entra en juego la nueva tecnología USB 3.0

A diferencia del USB 2.0, el USB 3.0 es diez veces más rápido de forma que si lo usamos para copiar contenido vamos a experimentar una notable reducción del tiempo necesario. Para ello es imprescindible, claro está, que tanto dispositivo receptor como emisor sean compatibles con este tipo de conectividad.

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Además, con el USB 3.0 la cantidad de energía que un dispositivo puede llegar a obtener crece de forma notoria. En este sentido damos un salto desde los 500 mA de USB 2.0, a los 900 mA de USB 3.0, una mejora que va a permitir la conexión de periféricos USB sin que estos necesiten una toma de corriente específica.

Se puede decir que las diferencias entre USB 2.0 y USB 3.0 se redefinen en 3 apartados:

  • Una mayor velocidad de transferencia de datos en el estándar USB 3.0 que lo convierten en ideal para archivos de gran tamaño.
  • Los dispositivos USB 3.0 pueden funcionar en puertos USB 2.0 lo mismo que en sentido inverso, si bien el USB 2.0 no mejorará la velocidad pese a que lo conectemos a una entrada USB 3.0
  • Mayor aporte energético del USB 3.0 que permite la ausencia de tomas paralelas de corriente.

Por lo tanto queda claro, pese al desconocimiento que puede darse en un buen número de personas, que las diferencias son evidentes y se hacen patentes a poco que empecemos a usar este tipo de conexión, resultando, si podemos optar por ella, una opción mucho más interesante.

Foto | iStock

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