Utilizar el programa rápido de tu lavadora no siempre es la mejor idea: estos son los inconvenientes de hacerlo

La mayoría de lavadoras cuenta con algún tipo de programa de lavado exprés, pero no están pensados para el uso cotidiano si no cumplimos una serie de requisitos

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Uno de los factores clave para hacer la limpieza de la ropa es poner la lavadora eligiendo el programa adecuado y sobre todo escogiendo la temperatura correcta y el tiempo de lavado preciso, unos aspectos que influirán no solo en la electricidad que gastemos, sino en el resultado final y la desinfección lograda.

En los últimos años las lavadoras modernas tardan cada vez más en lavar con los programas convencionales, en un intento de los fabricantes por ahorrar agua y energía. Aunque la mayoría de modelos incluye algún modo rápido o exprés que pretende hacer lo mismo con tiempos que bajan de una hora y que, en ocasiones duran solo entre 30-40 minutos.

¿De verdad es posible obtener el mismo resultado con estos programas rápidos o hay algo más que conviene saber antes de usarlos?

Programas rápidos en la lavadora, el "precio" oculto por usarlos

Los programas rápidos en la lavadora pueden parecer, a priori, una gran opción a la hora de ahorrar tiempo, agua y energía. Pero la mayoría de las veces este lavado corto no es tan bueno como lo pinta la publicidad de los fabricantes, ya que tiene desventajas con respecto a los modos de lavado convencionales.

Para empezar, el consumo de energía no suele ser el más bajo. Si miramos en las especificaciones de la máquina, al igual que sucede con los lavavajillas, los lavados rápidos no suelen estar catalogados como "ECO", teniendo un consumo de electricidad más alto debido en gran parte a que tienen que calentar el agua más rápidamente usando al máximo la potencia de las resistencias.

Pero además este lavado exprés suele ser menos eficaz contra las manchas difíciles, ya que la prenda ha pasado menos tiempo a remojo y el detergente tiene menos capacidad para actuar con la suciedad incrustada.

También se impide una desinfección adecuada, por lo que no resulta recomendable usar estos programas rápidos si queremos lograr la máxima higiene en prendas como ropa de bebé, sábanas o toallas.

Los ciclos rápidos suelen además gastar menos agua que los convencionales, por lo que si además llenamos mucho el tambor en un intento de ahorrar lo máximo posible, la cantidad de agua será insuficiente para limpiar bien todas las prendas de una sola vez.

También puede darse el caso de tener más reacciones alérgicas a los residuos de detergente que se quedan incrustados en la ropa, ya que no da tiempo a que se disuelvan adecuadamente y se expulsen finalmente por el desagüe.

Entonces, ¿cuándo es recomendable usar el programa de lavado rápido de la lavadora? Pues por ejemplo cuando las prendas estén muy poco sucias o para determinados tejidos como los sintéticos delicados.

Su principal ventaja es la comodidad cuando tienes prisa y necesitas un lavado ocasional para unas pocas prendas que no están muy sucias, o por ejemplo para lavarlas después de haber estado en el armario unos cuantos meses sin usarse y quitarles el olor a cerrado o al contrario, cuando vamos a guardarlas por cambio de temporada y queremos quitarles pequeñas manchas.

Imagen portada | Moerschy

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